Meditar en medio del caos
Llevamos varios años escuchando más y más las palabras meditación, mindfulness, consciencia. La meditación ha ido tomando alas y vuelo en el mundo occidental moderno. Digo en el mundo occidental moderno porque los pueblos originarios de América ya la conocían, la practicaban y la vivían. En Asia la meditación es una práctica de los Hinduistas, los Budistas, los Confucionistas, los Taoistas, entre otros, y este conocimiento sigue pasando a través de Gurus, Ashrams, Templos, practicantes de yoga y de artes marciales, abuelos, monjes.
La meditación no intenta que uno se vuelva una persona diferente, una nueva persona o ni siquiera una mejor persona. Se trata de entrenar en conciencia y adquirir un sentido de perspectiva saludable. No está tratando de apagar sus pensamientos o sentimientos, es aprender a observarlos sin juzgar. Y eventualmente, también puede comenzar a comprenderlos mejor.
Escuchamos a menudo la palabra “mindfulness” o “atención plena”. En qué consiste? es la capacidad de estar presente, de conectarse con su esencia en el aquí y en el ahora, completamente comprometido con lo que está haciendo en el momento.
La meditación es una habilidad. Aprender a meditar es como aprender cualquier otra cosa en la vida. Piense en ello como ejercitar un músculo que nunca antes había entrenado. Se necesita práctica constante para sentirse cómodo.
Y sobre todo no olvidar: Cuando hablamos de práctica, hablamos de una práctica de meditación, no una meditación perfecta: No existe la meditación perfecta. A veces, su enfoque se desviará o se olvidará de seguir su respiración. Está bien. Es parte de la experiencia. Lo más importante es meditar constantemente. Es una de esas cosas en las que el viaje es más importante que el destino.
La mente puede ser rara, puede ser un lugar extraño, y es en ocasiones el lugar en el que nos auto saboteamos, nos criticamos, nos juzgamos y nos desvalorizamos. Se necesita tiempo para sentirse cómodo con su mente. Puede haber contratiempos en el camino, pero eso es parte de la meditación. Siga practicando. Ya Lo está haciendo muy bien con solo aparecer, con solo desear meditar, con solo pensar en que “quiere comenzar”.
La meditación no debe ser algo complicado. Hay meditaciones básicas de un minuto, de cinco minutos. Esas meditaciones básicas están ahí para ayudarle a ser más consciente. Hay muchas técnicas de meditación que tienen una variedad de beneficios diferentes: desde aumentar la compasión y la autoestima hasta hacer frente a la ansiedad y la tristeza. Pero a veces una meditación básica es exactamente lo que necesitamos para reducir la velocidad y sentirnos conectados a nuestra Madre Tierra y a la Consciencia Universal, al Uno.
Puede que le sorprenda descubrir que en 60 segundos puede restablecer completamente su forma de pensar. Hacer una meditación de un minuto puede ser increíblemente efectivo ya que nos ofrece una oportunidad perfecta para tomar un descanso, alejarnos de lo que estamos haciendo, respirar profundamente y recargar energías. Es más, reservar un minuto cada día es accesible incluso para la persona más ocupada.
¿Cómo meditar? Quizás esté listo para comenzar una práctica de meditación y experimentar los muchos beneficios que tiene para ofrecer. Pero puede haber un problema: es posible que no sepa cómo empezar a meditar. Con tantas técnicas y tradiciones de meditación diferentes para probar, es natural sentirse abrumado, confundido o incluso tonto al principio. Pero la meditación no tiene por qué ser abrumadora. Tanto si es nuevo como si no ha practicado en mucho tiempo, aquí van unos consejos para empezar a caminar este hermoso camino de la meditación.
Conceptos básicos de meditación: La mayoría de las meditaciones comienzan sentándose en un lugar tranquilo, cerrando los ojos, calmando la mente y enfocándose en la respiración. Pero hay más en la meditación que sentarse en silencio y respirar. Cuando meditamos, esencialmente estamos cultivando conciencia y compasión; estamos entrenando la mente para que deje de distraerse con facilidad y, en cambio, esté más concentrada en el momento presente. Usando la respiración como nuestra ancla en el momento, simplemente nos sentamos y aprendemos gradualmente a dejar que los pensamientos y sentimientos vayan y vengan.
Por supuesto, es completamente normal que cuando empezamos a meditar la mente salte por todos lados. La naturaleza de la mente es pensar, entonces va a pensar; la meditación no se trata de detener los pensamientos. Nos sentamos y practicamos para observar nuestro pensamiento sin quedar atrapados en nuestros pensamientos y emociones. Aprendemos a dominar esta inquietud desarrollando una conciencia de esos momentos en los que nuestra atención se ha desviado. Cada vez que nos damos cuenta de que estamos distraídos, construimos nuestra conciencia y devolvemos nuestra atención a la respiración. A través del proceso de meditación, la mente se siente más cómoda con esta idea de sentarse quietos y podemos comenzar a aprender cómo integrar las cualidades experimentadas durante la práctica de la meditación (calma, concentración, compasión, atención plena) en el resto de nuestro día.
Al principio el entrenamiento de meditar será más fácil en un lugar tranquilo, bonito, acompañado de música, de mantras, de una vela, de incienso, con una buena postura, respirando profunda y lentamente. Después, y a medida que practique, verá que podrá meditar en medio del caos, de los gritos, del tráfico, del sonido de las máquinas, del reggaetón, de gente violenta. Meditar le ayudará a “no perder su centro”, le ayudará a mantener la calma, a no dejar que su corazón se estrese por cosas o situaciones que usted no puede controlar o cambiar.
La invitación es a meditar y a vivir en atención plena. La vida cambiará, y para bien!!
Namaste
Jian-Jian